El gramaje, o los gramos por metro cuadrado, es el peso de una hoja de papel. Aunque esta es la manera usual de describir el papel, las impresoras o copiadoras no pueden medirlo: lo que les importa es el espesor de una hoja (que se mide en micrones). Una hoja de buena calidad puede ser más gruesa pero tener el mismo peso que una hoja de menor calidad, lo que significa que es posible que una hoja de 70 g/m2 sea más gruesa que una de 80 g/m2.

Una buena manera de comprobar el espesor es comparar dos resmas de papel lado a lado, y ver cuál es más alta: esa será la más gruesa.

Es posible que suceda que una impresora tenga problemas para trabajar con una hoja de 80 g/m2 que sea muy endeble pero que se desempeñe muy bien con una de 70 g/m2. Además, existen beneficios ecológicos de usar papel de menor gramaje: menor uso de materia prima (por ejemplo, si compara los 707g/m2 con 80 g/m2, se trata de un ahorro de 10 en 80, o del 12,5 %) y una reducción en el desecho generado.